lunes, 24 de enero de 2011

Tunisiana...


Una de las cosas que más me impacto al llegar al Aeropuerto de Túnez-Cartago fue una inmensa valla publicitaria en la que un hombre recauchutado llamaba por teléfono y un mensaje que rezaba "Ben Alí llama por Tunnisiana". Yo sabía donde me metía, pero he de reconocer que la primera impresión fue fuerte...Del resto del viaje que algún día explicaré decir que la experiencia fue muy grata y que desde entonces guardo gran cariño a lo que ha ido pasando en ese país.

Hasta hace 2 semanas la verdad que era difícil tener ninguna noticia de Túnez, una dictadura occidental, pero dura. Quizás la buena prensa que ha tenido en Europa ha sido lo de "Occidental", Túnez un país que en cerca de 60 años tan sólo ha tenido 2 presidentes destacaba por el laicismo, el anti-islamismo, los derechos de la mujer, la seguridad, la puesta en marcha de un sector turístico potente...Vamos lo que cualquier urbanita occidental querría para un país musulman. Con la caída del régimen nos hemos dado cuenta de lo que había detrás: el anti-islamismo se basa en una fuerte represión a sus seguidores (suena cruel, pero también ha tenido efectos positivos), los derechos de las mujeres eran reales pero había mucha fachada (muchas mujeres han estado en la cárcel o tachadas de "putas" por reclamar igualdad de sueldos con los hombres por ejemplo), el turismo les ha hecho crecer rápidamente pero también ha generado olvido en las zonas rurales... No era oro todo lo que reluce.

Dos cosas me entusiasman de la Revolución de Jazmin como la han titulado algunos medios de comunicación:

1. La valentía de un pueblo que no sólo ha hecho caer a un régimen político que parecía bien asentado y apoyado y que tenía las fuerzas del orden totalmente controladas si no que además desde el primer momento han querido ser decisivos en el proceso de transición pidiendo por ejemplo la desaparición del partido del régimen y forzando la huida de los que han manejado los hilos tantos años. El pueblo se ha sacrificado y ha salido a la calle sin saber muy bien que podía pasar, algunos han muerto pero esto no ha hecho más que sentenciar a Ben Alí. La visión de jóvenes y mujeres en la calle manifestándose y clamando contra el dictador es una de las mejores noticias que nos ha dado el mundo musulmán en las últimas décadas. El pueblo de Túnez ha demostrado que si un colectivo está unido y no tiene miedo a las represalias tiene muchas oportunidades de conseguir cosas.

2. El ejemplo que supone para el Magreb y para el resto del mundo islámico es importante. La mayoría de dictadores de la zona silenciaron la revuelta en sus países y en algunos se siguen sucediendo las manifestaciones y lo mejor es que la gente no pide guerra santa o islamización, pide democracia, oportunidades, libertad...Quizás es muy embrionario, pero Túnez ha abierto una vía de democratización y libertad en el mundo islámico que le puede equiparar a Turquía pero aun con mayores cotas de laicismo. En múltiples entrevistas estos días a los manifestantes cuando les preguntaban por la vuelta del líder de los islamistas la mayoría contestaban que estaba muy bien que hubiera diferentes opciones pero que los muertos de esos días no eran por la causa religiosa si no por la libertad y la democracia y que la gente no estaba por volver a la Edad Media...

Habrá que ver como continúa el proceso, sin embargo los primeros pasos de este nuevo Túnez me generan envidia 30 años después de la Transición española...

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